Ser Misionera es vivir una vida entregada totalmente a Dios como respuesta al amor que Él nos tiene. Es vivir una vida "a dos" con Jesucristo, una vida de intimidad, de esposos. Es un camino de felicidad para aquella mujer que se deja guiar dócilmente por el Espíritu. Es vivir en plenitud el don particular y peculiar que Dios nos regala.
Todo empieza con una "llamada", la de Dios, que deja sus "ecos" en nosotras. Ante Su llamada nuestra respuesta libre
Si sientes que Dios te llama a una vida entregada a Él y a los hermanos y quieres responderle...
Si sientes que es Jesús el que va dando sentido pleno a tu vida y que las "cosas" del mundo no te dejan sino "vacío" y "sinsentido"...
Si sientes que tu corazón quiere abrir sus fronteras a todo el mundo, para amar a todas las personas, más allá de razas, condición social, lugares, etc. sabiendo que se empieza por amar hasta el extremo a las personas más cercanas...
Si dentro hay "algo" que te quema y te hace gritar "Jesús" y anunciar su Buena Noticia a todos aquellos que no le conocen, o le conocen poco,...
Si eres capaz de comprometer tu vida y de entregarlo todo por un ideal, el Reino, más aún, por una persona, Jesús, más allá de lo que cueste, de los sacrificios que conlleve,...
Si estas dispuesta a decirle con tu vida al mundo entero que hay otra forma de vida basada en el amor, la fraternidad, la fidelidad, la justicia, la paz, el perdón,... donde el "otro" es importante y por ello te importa lo que le pase,...
Si quieres ayudar a las personas a ser felices, ayudándolas a crecer humana y también cristianamente, descubriendo su camino en la vida,...
Si quieres vivir con libertad de espíritu como Jesús, viviendo la realidad a la luz de Dios, con gran confianza y abandono en Él pues todo es don suyo,...
Si descubrir a Dios en tu vida te llena de gozo por tanto bien recibido y te surge como respuesta una entrega generosa,...
Si...
¡¡ Quizá es que Dios te llama para ser Misionera !!
Dios siempre está ahí pero en la vida hay momentos decisivos que si los dejas pasar ya no vuelven. Si sientes que Dios te llama respóndele. Si te invita a ser Misionera ¡atrévete, sé valiente, dile SÍ!
"Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o su arruina?" (Lc 9, 24-25)
El vivir nuestra vocación requiere recorrer un camino de formación que nos ayuda a desarrollar y vivir en plenitud nuestra vocación de Misionera del Sagrado Corazón de Jesús y de María. En este proceso, la Congregación ofrece un acompañamiento y proporciona los medios necesarios para un crecimiento humano, espiritual, apostólico y profesional.
Esta formación nos capacita para vivir el seguimiento personal a Cristo, y trabajar para que Él sea conocido y amado, respondiendo así a una necesidad vital de la Iglesia: el fomento de las vocaciones y las misiones.
Este camino de formación esta marcado por unas etapas:
- Aspirantado: etapa de conocimiento mutuo, de la persona que se siente llamada y de la Congregación, para discernir la llamada.
- Prenoviciado: etapa de discernimiento y profundización en las motivaciones por la opción a la vida religiosa según el carisma de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María.
- Noviciado: etapa de iniciación a la vida de seguimiento a Jesús en comunidad, profundizando en el carisma propio y en la vida religiosa en general.
- Juniorado: etapa de afianzamiento y profundización de la vida religiosa, en general, y de la vida religiosa como Misionera, en particular, de cara a la opción definitiva, según el carisma de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María.